Introducción
- El rastro que dejamos en internet, más conocido como huella digital, es capaz de generar perfiles de usuario muy detallados y fiables.
- Esta huella digital no solo se utiliza con fines comerciales. ¿Quieres saber más sobre este concepto?
¿Qué es la huella digital?
La huella digital es una poderosa fuente de información que registra nuestra actividad en internet. Por tanto, podría decirse que es algo así como el rastro que dejamos en línea.
Aceptando términos y condiciones, descargando aplicaciones o consultando información en los buscadores, tanto las personas como las empresas dejan su propio rastro digital. Todo esto es aprovechado por la analítica digital para su explotación con fines comerciales.
Además de lo anterior, los contenidos compartidos en redes sociales (fotos personales, viajes, familiares, contactos, opiniones, gustos, aficiones, etc.) permiten dibujar un perfilado muy completo. Otros datos comprometidos también pueden encontrarse en fuentes digitales abiertas o en entornos de difícil acceso, como la Deep y Dark Web: número del DNI, dirección postal, datos fiscales, correos electrónicos, multas, sentencias, datos bancarios, contraseñas, etc.
La huella digital, un elemento más de la seguridad de las empresas
La información disponible y accesible en la red que conforma nuestra huella digital puede ser extraída y utilizada con otra finalidad más allá de la comercial.
A mayor perfilado, mayor es la capacidad de manipulación y más herramientas estamos ofreciendo al delincuente para efectuar ataques como la suplantación de identidad, fraude online, estafas y engaños, extorsiones, fuga de datos, y por supuesto, ataques en el plano de la seguridad física.
Otros riesgos asociados a la huella digital que pueden deteriorar la imagen y reputación de marca son los comentarios y afirmaciones públicas que resulten desafortunadas o inapropiadas por algún motivo, por el componente ideológico, por ejemplo. Este caso tiene mayor repercusión entre los perfiles de gran responsabilidad, directivos y altos cargos que representan a sus empresas en todas sus acciones, incluido el plano personal.
Por todo ello, evaluar la exposición y huella digital de personas y organizaciones, averiguando qué información se encuentra disponible, dónde está y qué riesgos conlleva, es de vital importancia para reducir nuestra vulnerabilidad frente a terceros con intenciones delictivas.
La inteligencia como solución
Muchas organizaciones consideran que la monitorización por parte de los departamentos de comunicación o los community managers de las marcas es suficiente para conocer y gestionar su huella digital. Conocer el impacto de nuestra marca es importante, pero determinar el nivel de exposición digital de las personas que integran nuestra organización lo es igualmente.
El proceso para estimar la exposición digital de las entidades y las personas parte de una evaluación de riesgos. En primer lugar, se identifica la información que pueda resultar más sensible frente a ataques o acciones delictivas, posteriormente se identifican las medidas implantadas para hacer frente a un posible impacto y así obtener un valor de riesgo que permita determinar nuevas medidas a adoptar. La información es rastreada y monitorizada por medio del software de apoyo, evaluándola y traduciéndola en un nivel de exposición en el entorno digital. Sólo así se obtienen resultados óptimos que permiten estar alerta, anticiparse y obtener un diagnóstico para la toma de decisiones relativas a la seguridad.
Desde la Unidad de Inteligencia de Securitas se rastrea y monitoriza por medio de expertos, herramientas, protocolos y software de análisis, todos los aspectos de la huella digital, lo que nos permite analizar e identificar posibles amenazas y valorar las consecuencias en beneficio de nuestros clientes.
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