Introducción
Los numerosos incendios que se producen anualmente, tanto en las industrias como en los edificios, son la causa de cuantiosas pérdidas económicas y también, desgraciadamente, de la pérdida de vidas humanas que se podrían haber evitado siguiendo los procedimientos adecuados en materia de prevención de incendios.
Se trata de acciones como establecer un mantenimiento preventivo de los aparatos eléctricos, no sobrecargar las líneas eléctricas y nunca improvisar fusibles, mantener las zonas de trabajo libres de residuos y derrames, evitar dejar objetos cerca de focos de calor, almacenar y manipular los productos peligrosos de acuerdo con sus etiquetas y fichas de seguridad o mantenerlos con una buena ventilación.
También es importante establecer protocolos de seguridad cuando se vayan a realizar trabajos en caliente que puedan suponer un riesgo de incendio, respetar la prohibición de fumar y especialmente formar al personal y concienciarle en la prevención y extinción de incendios realizando simulacros de forma habitual.
Según las estadísticas, los principales focos de incendio son, de más a menos frecuentes, los siguientes:
- Electricidad
- Fricción/rozamiento
- Chispas metálicas
- Fumar y fósforos
- Corte y soldadura
- Superficies calientes
- Llamas abiertas
- Ignición espontánea
- Indeterminados
Si no tenemos en cuenta unas sencillas pautas de seguridad, se dan las condiciones idóneas para que se origine el fuego y finalmente este se produce, es muy importante conocer que el incendio pasa durante su desarrollo por una serie de fases o estados. En cada uno de ellos los sistemas de protección contra incendios juegan un papel importante tanto para la detección como para el control y extinción disminuyendo las consecuencias del siniestro.
Las condiciones ambientales que se desarrollan en cada fase del incendio definen tanto los sistemas apropiados de detección como de extinción y/o control. Por eso, los diseñadores de los sistemas de protección deben conocer estas fases para prescribir los sistemas más adecuados en función de estas condiciones ambientales.
Incendio en FASE 1 o fase incipiente
¿Qué ocurre?
Presencia de partículas de humo, ausencia de llama. Esta fase puede durar desde segundos hasta horas.
- Generación mínima de calor.
- Se forman gases y humos difícilmente detectables por personas.
- Esta fase del incendio solo es detectable por sistemas de detección muy temprana.
Incendio en FASE 2
¿Qué ocurre?
Presencia de columna de humo visible y posible presencia de llama.
- En esta fase del incendio la temperatura es todavía insuficiente para ser detectada.
- Los humos originados por la combustión ya son visibles al ojo humano.
- Los detectores puntuales (ópticos) de humo se activan.
- Esta fase del incendio es fácil de controlar con extintores portátiles.
Incendio en FASE 3
¿Qué ocurre?
Presencia de llamas y alta temperatura.
- El fuego se ha extendido a elementos cercanos al foco.
- Rápida generación de llamas, calor y humo, dificultad de acercarse al fuego por la presencia de gran cantidad de humo y temperatura elevada.
- El humo se acumula en las inmediaciones del fuego.
- Se activan los sistemas de detección por temperatura (detectores térmicos).
- Esta fase del incendio es necesario el uso de mangueras de incendios (BIEs) por personal entrenado.
Incendio FASE 4
- En esta fase, no se ha conseguido controlar el incendio con los medios manuales de extinción.
- El fuego se extiende rápidamente.
- La temperatura y el humo aumentan exponencialmente lo que hace imposible la presencia de personas en el lugar del incendio.
- En esta fase del incendio, entran en acción (si los hay) los sistemas automáticos de extinción mediante rociadores de agua que controlan el incendio hasta la llegada de los bomberos.
Es muy importante que los diseñadores de los sistemas de protección contra incendios elijan correctamente los sistemas a instalar y que estudien los riesgos a proteger con el fin de evitar que un incendio vaya más allá de la fase incipiente, donde con un simple extintor sería suficiente para evitar un desastre mayor. Además, resulta fundamental que los sistemas se mantengan correctamente para que sean eficaces durante toda su vida útil.
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